jueves, 18 de febrero de 2010

dejé

Paso a paso me fui dando cuenta del camino que me llevó a descubrir que todo había pasado.

Ya no pintaba Santiago.

Dejé de lado el azul cobalto para cambiarlo por el amarillo limón y algo de ocre.

Dejé de pensar en conejos, y comencé a alucinar con chinitas.
Dejé de añorar el pasado y sueños infundados, vacíos de cariño y sinceridad.


Solo quise disfrutar el presente y....


Y volver a vivir.

Los días de retiro espiritual sirvieron para darme cuenta de la historia que había quedado atrás. Las largas conversaciones con Carolina se hacían cada vez más lejana. Y la vampiro, aquel personaje que solo disfrutaba del dolor ajeno, pero en el fondo vaciaba su sufrimiento en almas despiadadas que solo jugaban con ella (o así por lo menos lo quería ver), se encontraba descansando con aquellos disquetes que guardaban la primera novela de una romántica cuyos inicios fue la literatura y que llevaba un tiempo ya tratando con la pintura, que siente que mal no le ha ido, pero esta con la esperanza de segur creciendo, en busca de sus sueños.

Buscando liberarse, contar con futuras líneas independientes de cuentos, fabulas o novelas rosas.

Y sigue pensando, además, en pintar gatos sobre tejados, noches estrelladas, vísceras que se revolucionan de solo recordar.

Recordar cuanto te extraño. Y cuanto te quiero.
Ahora que no tengo miedo.

Te quiero.

Tuve una idea


Ese beso, que me enamora el alma y abraza el corazón.
Esos ojos que me hacen olvidar el tiempo y la razón.

Quiero ser lo primero que beses en cada despertar, el fuego que nos funda y encienda la pasión. Descubrir cada sabor que hay en ti y saber si el sueño realidad.

Ya no somos dos (y no hay nadie más alrededor). Siento tu calor y sé que en el mundo no hay nada mejor.

Pondré una canción en el reproductor y veré que color es el que aparece en el diamante que se encuentra escondido en la rivera norte del estero de Salsipuedes.

Le preguntaré a Alicia si ha visto pasar al duende de la fortuna, anhelo que me venga a contar qué es lo que ha pasado en mi ausencia. Quiero que me cuente cada detalle de lo que ha ocurrido, cual ha sido la valiosa decisión que ha tomado ese corazón operado.

Eduardo dice que ya no necesita curaciones, los puntos están bien cicatrizados, ya no hay fuga de almidón.


Dicen que es feliz. Una lechuga que sigue su recorrido con cautela de no hacerse adicta al limón, o peor aun. Volver a necesitas vinagre. Aunque es indiscutible que lo de ella es lo acido.

Pero es feliz.