viernes, 26 de marzo de 2010

só um tolo no amor


Es una lastima. Una gran perdida de tiempo no estar las 25 horas del día conciente de lo felices y afortunados que somos.

Esa fue a la conclusión que llegué un día cuando salí a dar una vuelta a la Quinta de Tilcoco, en bicicleta.


Seis de la tarde, el camino despejado, un día frío, un raro invierno a fines de febrero. Hace mucho tiempo que no salía a dar un paseo en bicicleta, tomarme el tiempo de respirar, observar el paisaje. Recordé el sueño que siempre tuve de pequeña, andar en medio de la carretera, sobre la línea continua (o discontinua, dependiendo del tramo), sin manos y sentir la brisa sobre mi humanidad.


La instancia fue perfecta, y no puedo describir la sensación de felicidad y plenitud que experimenté en esa jugada.

Y darme cuenta ahí, por fin, que la felicidad esta al alcance de esas situaciones tan pequeñas, que te hacen olvidar todo.

Y a la vez, que todo tiene sentido. Todo



(Apropósito de la belleza, la naturaleza, la estética)


Pensé...


Entonces no es un error de los maniáticos depresivos estar siempre pendiente de lo que sentimos.


Entonces no somos los que debemos asistir constantemente al siquiatra. Quien está mal. Quien está loco. (Pero, ¿qué es lo bueno?....)


-El problema, entonces, es de ustedes que pasan sus días tan rápido que no tienen idea alguna de lo que sienten. Que algo ocurre en ustedes.


Y quien siempre es un niño que no pierde la capacidad de percepción, ese no está equivocado.

.

PORQUE no somos depresivos, desquiciados. Somos seres que viven tal y como Dios quiso que viviésemos.

El problema es de ustedes. Háganse ver!