martes, 16 de febrero de 2010

Las mariposas...



Hace unos días cerré mis ojos y di un largo paseo por corredores, baldosas oscuras, limpias, pilares, y fuera de ellos pasto. Mucho pasto.


Caminar por esos lugares, reflexionar acerca de lo que nos tiene preparado la vida, las sorpresas, engaños, desengaños, encantos, amores, historias.


Y ese curioso acontecimiento de ir conociendo a la gente, encantarte.


Y las personas se enamoran todos los días, a cada segundo. Se sorprenden de aquella mirada que ciega, pero si están buscando al sol hasta a las 23 con 52.



Y curioso es, que conoces a un ser humano, y las semanas pasan como a 100 Km. por hora. Y las palabras marcadas con tinta imborrable van desapareciendo, o quizás, olvidándose.


Y nuevos cuadernos se preparan para nuevas cátedras.

Y me di cuenta que las mariposas no eran las mismas.

Eran nuevas.


Porque había pasado el otoño, el invierno, y la primavera. Y nuevos insectos son los que habían nacido, grillos, escarabajos, gusanos, chanchitos de tierra o mariposas.


Todos dispuestos, al ataque si es que era necesario.


Todos pendientes para cuando vayan a aparecer.



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